Toreros históricos en la Plaza de Toros de Ronda (XIII). José Redondo el Chiclanero, el torero «reondo» (II)
Perdices rellenas de sus menudillos, anchoas y tocino. Una de las faenas cumbres del Chiclanero es una receta que recibe el nombre de “perdices a lo torero”, que ha quedado registrada para la historia (gastronómica). En un artículo de la revista El Campo de 1877 y reproducida en varios libros sobre la comida española, se cuenta la historia de un viajero francés que se encontraba cazando por Sierra Nevada y coincidió en una venta con Redondo y su cuadrilla camino de una corrida en Granada. La oferta culinaria del establecimiento era escasa, como era habitual, de modo que el francés puso sobre la mesa unas perdices que había cobrado. La cuadrilla entera se puso a pelarlas, y Redondo pidió que le dejaran prepararlas. No es el único plato que dejó para la posteridad, como los huevos chiclaneros. En su “Guía del buen comer español” de 1929, Dionisio Pérez lo describe como “practicante afortunado del fogón y un manejador hábil de peroles y sartenes”.