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· DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE RONDA ·

Ronda, 18 de septiembre de 2024
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Sala de Historia de la Real Maestranza de Caballería de Ronda. Retrato del Infante D. Gabriel de Borbón (II). El Infante

“El nombre del Infante don Gabriel aparece de forma constante cada vez que se escribe sobre cualquier intelectual o artista relacionado con la corte de este período”, resalta el historiador Juan Martínez Cuesta (1962-1999) en la tesis doctoral que dedicó a su figura, publicada por esta Real Maestranza a la memoria de quien fue el primer miembro de la familia real española en ser su Hermano Mayor en 1763. El hecho de que Carlos III pusiera a su hijo favorito al frente de la corporación maestrante se relaciona con el deseo de hacer de Ronda una plaza fuerte que controlara el acceso al interior de Andalucía por razones estratégicas, en el contexto de las tensiones con Inglaterra por el intento de recuperación de Gibraltar.

“El nombre del Infante don Gabriel aparece de forma constante cada vez que se escribe sobre cualquier intelectual o artista relacionado con la corte de este período”, resalta el historiador Juan Martínez Cuesta (1962-1999) en la tesis doctoral que dedicó a su figura, publicada por esta Real Maestranza a la memoria de quien fue el primer miembro de la familia real española en ser su Hermano Mayor en 1763. El hecho de que Carlos III pusiera a su hijo favorito al frente de la corporación maestrante se relaciona con el deseo de hacer de Ronda una plaza fuerte que controlara el acceso al interior de Andalucía por razones estratégicas, en el contexto de las tensiones con Inglaterra por el intento de recuperación de Gibraltar.  

Gabriel Antonio de Borbón y Sajonia fue el tercer hijo varón de los trece que tuvieron Carlos III y María Amalia de Sajonia, nacido en el Real Sitio de Portici en 1752, cuando su padre reinaba en Nápoles y Sicilia como Carlos VII. Tenía siete años cuando embarcó junto a su familia rumbo a España para que su progenitor sucediera en el trono a su hermano Fernando VI, fallecido sin haber dejado descendencia directa. A esa edad ya había empezado a recibir una educación en italiano, español, francés y con nociones de alemán, el idioma de su madre.

En su fase de formación, ya en Madrid, el programa de educación de los infantes incluía historia, geografía, matemáticas, física, humanidades, religión, moral, lectura de libros seleccionados y también lecciones de baile. La música fue para el joven don Gabriel una de sus primeras pasiones. Los músicos de la orquesta de cámara de los infantes tuvieron mucho que ver en esa afición melómana que sería una constante en su vida, como Felipe Sabatini, Nicolás Conforto, Francisco Landini y sobre todo José de Nebra, organista y vicemaestro de la real capilla, que fuera su maestro de clave, instrumento en el que adquirió gran dominio. También recibiría lecciones del compositor Antonio Soler, padre jerónimo, una de las figuras más importantes de la escuela de música para teclado del siglo XVIII y con quien tendría una estrecha relación, hasta el punto de que le dedicara varias sonatas.

Por influencia de otro de sus maestros, el erudito Francisco Pérez Bayer, personalidad de enorme influencia y trascendencia en las reformas universitarias y educativas emprendidas durante este reinado, se ampliaría su inclinación al coleccionismo y el interés por el universo clásico, algo a lo que no era ajeno el hecho de que fuera su padre el que ordenara durante su estancia en Nápoles las excavaciones de Herculano y Pompeya, cuyo descubrimiento tendría un impacto trascendente en el arte y el pensamiento en Europa. Con la supervisión de su maestro, tradujo al castellano y publicó en 1772 obras del historiador Cayo Crispo Salustio, La conjuración de Catilina y la guerra de Jugurta, primorosa edición considerada como la mejor impresa en España en los siglo XVI, XVII y XVIII. Por esas fechas don Gabriel ya era Gran Prior de Castilla y León de la Orden de San Juan de Jerusalén (conocida desde 1530 como Orden de Malta), junto a las encomiendas de las cuatro Órdenes militares,  nombramiento promovido por su padre en 1766.

“Obras de Cayo Salustio Crispo”. Traducidas por el Señor Infante D. Gabriel. Madrid, Imprenta Real. 1804. Biblioteca-RMR

Su curiosidad abarcaba diversos campos, artísticos, técnicos y científicos en el marco de las ideas de la Ilustración que se extendió por las cortes de Europa en la segunda mitad del siglo. En las órdenes de compra estudiadas se cuentan numerosos instrumentos musicales, también matemáticos y físicos, libros, relojes, pinturas, estampas y monedas. Se carteó con Benjamin Franklin en relación a un órgano de vasos o armónica, invento del norteamericano, se interesó vivamente por la ingeniería y las máquinas, e incluso promovió experiencias de vuelos con globos aerostáticos. En reconocimiento a su labor de mecenazgo, fue nombrado Académico de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1784.

En 1785 contrajo matrimonio con la infanta María Victoria de Portugal, en una doble boda entre infantes de los dos reinos. Fruto de esa unión nacería un hijo al año siguiente, el infante Pedro Carlos de Borbón. La viruela pondría fin a la vida de don Gabriel el 23 de noviembre de 1788 en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, tres años después de que su retrato presidiera desde el palco real la inauguración de la plaza de toros de su Real Maestranza de Ronda, símbolo arquitectónico junto al Puente Nuevo de la expansión urbana de la ciudad.

Bibliografía y fuentes

J. Martínez Cuesta. Don Gabriel de Borbón y Sajonia. Mecenas ilustrado en la España de Carlos III. Valencia, Real Maestranza de Caballería de Ronda y Editorial Pre-Textos, 2003.

A. Pau Pedrón. Los retratos del infante Don Gabriel. Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 2006.

Inventario del archivo del Infante don Gabriel de Borbón, Gran Prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en los reinos de Castilla y León, y de sus descendientes. Madrid, Dirección General de Bellas Artes y Archivos, 1985.

J. Martínez Cuesta y B. Kenyon de Pascual. El Infante don Gabriel (1752-1788), gran aficionado a la música. En: “Revista de Musicología”, XI, nº 3, 1988.

R. Mateos Sáinz de Medrano. Los desconocidos infantes de España. Casa de Borbón. Barcelona, Thassàlia, 1996.

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