Comercio. Los establecimientos locales, puntos de encuentro de la vida cotidiana
Gracias a su carácter de cabecera comarcal, Ronda siempre ha desarrollado una importante actividad comercial y de servicios. Ya desde principios del siglo XVI, la ciudad se convirtió en un importante centro de transacciones comerciales para la zona por la concesión real para la celebración de una feria franca en la localidad. Esta circunstancia mantenida en el tiempo dio lugar a que, entre finales del siglo XIX y principios del XX, se desarrollase una burguesía profesional, propietaria, artesanal e intelectual. La llegada del ferrocarril a finales del XIX potenció a Ronda como centro de distribución de los productos que comenzaron a llegar gracias a la mejora de las comunicaciones que propició el nuevo medio de transporte. Así, las marcas que empezaron a distribuirse comercialmente de forma más importante desde estos momentos propiciaron el establecimiento de destacadas tiendas, vertebradas en su mayoría a lo largo de la carrera de Espinel, que ponían a disposición de la población mejores productos de consumo. Ronda se caracterizó desde entonces por un comercio sano y variado, que evitaba desplazamientos a otras poblaciones en demanda de artículos. Productos alimenticios, manufacturados, herramientas, adornos y tantos otros, podían encontrarse sin problemas en los almacenes de Ronda.