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Ronda, 22 de marzo de 2024
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Biblioteca-RMR: Nº 90. El magno legado bibliográfico y documental del “príncipe de los genealogistas”. Marzo 2021.

El historiador Luis de Salazar y Castro (1658-1734) está considerado el más destacado autor de obras genealógicas de España, y uno de los más importantes de Europa, siendo conocido con el sobrenombre de «príncipe de los genealogistas». Su legado bibliográfico y documental es inconmensurable: dejó impresos más de treinta libros, además de otras muchas obras inacabadas; copió cientos de documentos antiguos, que gracias a él no se han perdido; y coleccionó toda clase de papeles que, aunque la mayoría tenían que ver con la genealogía, no hablan solo sobre ella.

· ARTÍCULO ·
· BIBLIOTECA DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE RONDA ·
· MARZO 2021 ·

· FONDO GENEALOGÍA Y HERÁLDICA ·

El historiador vallisoletano Luis de Salazar y Castro (Valladolid, 1658-Madrid, 1734) está considerado el más destacado autor de obras genealógicas de España, y uno de los más importantes de Europa, siendo conocido con el sobrenombre de «príncipe de los genealogistas».

Su padre, Sebastián de Salazar, natural de Pancorbo (Burgos), era escribano de la Real Chancillería de Valladolid, y Luisa de Castro, su madre, era originaria de Castro de Rey (Lugo). Ambos progenitores murieron siendo nuestro protagonista todavía un niño, por lo que quedó bajo la tutela de sus abuelos paternos.

Tras unos breves años en la residencia burgalesa de sus abuelos, pasó a formar parte del servicio del conde de Luque, en la localidad cordobesa de Baena, donde tuvo la oportunidad de formarse en los estudios de humanidades. Las altas capacidades que pronto demostró lo encumbraron al puesto de secretario particular del conde. Fue entonces cuando comenzó a cultivar su afición por los documentos históricos y genealógicos.

Representación de un árbol genealógico. «Historia genealogica de la casa de Silva, donde se refieren las acciones mas señaladas de sus Señores, las Fundaciones de sus Mayorazgos, y la calidad de sus alianças matrimoniales : justificada con instrumentos, y historias fidedignas, y adornada con las noticias Genealogicas de otras muchas familias, primera parte». En Madrid, por Melchor Álvarez y Mateo de Llanos, 1685. Fondo Rújula. Biblioteca-RMR.

Trasladado a Madrid con el deseo de ascender en la Corte, fue acogido por el duque de Pastrana, que le confió el oficio de alcaide de la fortaleza de Pastrana, así como la organización de su archivo familiar. Salazar publicó su primer trabajo con tan solo veinticuatro años, «Catálogo historial genealógico de los señores y condes de la casa y villa de Fernán Núñez» (1682), consiguiendo gracias a él una gran fama. Dos años más tarde llegó el segundo, «Memorial de los condes de Luque» (1684).

Salazar y Castro sorprendía a sus contemporáneos por sus excelentes condiciones y asombrosa memoria, por lo que llegaron a definirlo como una biblioteca viviente. Dedicado plenamente a la investigación genealógica, se convirtió en la más importante figura de España e, incluso, de Europa.

Primera página de la dedicatoria al duque de Pastrana. «Historia genealogica de la casa de Silva, donde se refieren las acciones mas señaladas de sus Señores, las Fundaciones de sus Mayorazgos, y la calidad de sus alianças matrimoniales : justificada con instrumentos, y historias fidedignas, y adornada con las noticias Genealogicas de otras muchas familias, primera parte». En Madrid, por Melchor Álvarez y Mateo de Llanos, 1685. Fondo Rújula. Biblioteca-RMR.

Con veintisiete años dio a la luz la «Historia genealógica de la casa de Silva» (1685), en dos volúmenes, dedicada al duque de Pastrana. Su prestigio entonces era tal que Carlos II lo nombró cronista oficial de Castilla, premiándole además con el hábito de la Orden de Calatrava.

Hoy se sabe que para conseguir el ingreso en dicha Orden falseó su partida de bautismo, diciendo que había nacido en Pancorbo en lugar de Valladolid, para impedir que se conociera el oficio de su padre, considerado vil, lo que hubiese imposibilitado su aceptación, producida finalmente en 1686.

En los años siguientes, Salazar se entregó a una labor productiva colosal. En 1688 escribió «Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos», en las que corregía muchas afirmaciones de numerosos escritos genealógicos publicados con anterioridad. A continuación apareció «Reflexión histórica sobre los matrimonios de las casas de Austria y Baviera» (1689). Su ascensión en la Corte era meteórica: ayuda de cámara de Carlos II (1690); encomienda de Zorita en la Orden de Calatrava (1691); y fiscal de dicha Orden (1695).

Portada con la marca tipográfica del impresor Mateo de Llanos. «Historia genealogica de la casa de Lara, justificada con instrumentos, y escritores de inuiolable fe, tomo I». En Madrid, en la Imprenta Real, por Mateo de Llanos y Guzmán, 1696. Fondo Propio. Biblioteca-RMR.

Fue en el año 1697 cuando Luis Salazar y Castro vio publicada la que es considerada como su obra cumbre, «Historia genealógica de la casa de Lara», editada en cuatro volúmenes. Con un rigor documental que no se había visto hasta la fecha, desarrolla de forma magistral el origen, la evolución y la realidad histórica del gran linaje castellano.

En esta obra, además de la familia Lara, estudia cientos de otros apellidos, incluyendo numerosos documentos inéditos e infinitas referencias sobre distintas cuestiones históricas y sociales. Con este título se consagró definitivamente, recibiendo numerosas consultas tanto de la Corona como de las principales casas nobiliarias españolas. En esa época ya se carteaba de forma cotidiana con los más importantes eruditos europeos de su tiempo.

Primera página del capítulo I del libro XI, dedicado a Pedro Manrique, señor de Valdescaray, Anguiano, Matute y Escamilla. «Historia genealogica de la casa de Lara, justificada con instrumentos, y escritores de inuiolable fe, tomo II». En Madrid, en la Imprenta Real, por Mateo de Llanos y Guzmán, 1697. Fondo Propio. Biblioteca-RMR.

Los reconocimientos siguieron llegando: cronista mayor de las Indias (1698); procurador general de la Orden de Calatrava (1699); alguacil mayor de la Inquisición de Toledo, ya bajo el reinado de Felipe V (1700); administrador de las encomiendas de las casas de Córdoba (1701) y Talavera (1703); consejero honorario (1705) y, posteriormente, consejero efectivo (1721) del Consejo de las Órdenes; y superintendente de los Archivos de las Órdenes (1721).

Durante todo este tiempo, Salazar no dejó de producir nuevos documentos, algunos publicados y otros no, incluso dictámenes jurídicos sobre asuntos de las Órdenes y las sucesiones nobiliarias. En 1715 publica su última obra, «Índice de las glorias de la casa Farnese». Aunque siguió escribiendo hasta 1729, ya no se ocuparía de temas genealógicos.

Alegoría de la casa Farnese. «Indice de las glorias de la casa Farnese, o Resumen de las heroycas acciones de sus principes». En Madrid, en la Imprenta de Francisco del Hierro, 1716. Fondo Propio. Biblioteca-RMR.

Al morir en 1734 con setenta y cinco años, fue sepultado en el Monasterio de Montserrat de Madrid, al que legó todos sus libros, manuscritos y documentos para utilidad pública. Su importantísima colección, que superaba los mil seiscientos volúmenes, tras el proceso desamortizador pasó a la Biblioteca de las Cortes, y posteriormente, tras reclamarla, a la Real Academia de la Historia en 1847. El índice de la colección que publicó la propia Academia se compone de cuarenta y nueve volúmenes.

El legado de Luis de Salazar y Castro es inconmensurable. Dejó impresos más de treinta libros, además de otras muchas obras inacabadas. Copió cientos de documentos antiguos, que gracias a él no se han perdido. Coleccionó toda clase de papeles, aunque la mayoría tenían que ver con la genealogía, pero que hablan no solo sobre ella. Su patrimonio bibliográfico y documental es referencia inexcusable para la investigación histórica.

Bibliografía

Moreno de Guerra, Juan. Los grandes genealogistas españoles. Don Luis de Salazar y Castro. En: «Revista de historia y de genealogía española». 2ª época, año I, número 2, marzo-abril 1927, p. [173]-178.

Diccionario biográfico español, tomo XLV. Madrid, Real Academia de la Historia, 2013. P. 230-233.

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