Esta monumental portada que hoy mira a la calle Virgen de la Paz (figura 1), no siempre estuvo ahí. En su diseño original se encontraba alineada con el Palco Real, formando un eje en dirección al Puente Nuevo.
Figura 1. Portada. Foto Juan Jesús Pan. Archivo fotográfico RMR
La expansión urbana de Ronda de finales del siglo XIX y principios del XX conllevó una colmatación de edificios que llegaron a inundar el espacio anexo a la Plaza. El edificio que casi se echa encima de la portada, dejándola sin perspectiva y semioculta, fue el Teatro Espinel (figura 2), inaugurado en 1909, obra del arquitecto modernista Santiago Sanguinetti. Cerró sus puertas a principios de los años setenta del siglo pasado, y fue demolido en 1975 como consecuencia del plan de ordenación urbana de la Cornisa del Tajo. De esta forma se liberó el amplio espacio que comunica hoy con la Alameda, y que permite la entrada de los enganches en la exhibición anual que se celebra durante la Feria de Pedro Romero.
Figura 2. Colección de postales antiguas de Ronda. Archivo fotográfico RMR
La portada se traslada a su ubicación actual en 1923. Terminada tres años después de la inauguración de la plaza, en 1788, y construida en piedra arenisca y rosada proveniente de canteras cercanas a Ronda, es obra del maestro cantero rondeño Juan de Lamas. De corte neoclásico, se advierten en ella herencias barrocas, apreciables en el frontón que remata la obra con la inclusión del escudo de España (figura 3).
El frontón está sostenido por dos columnas toscanas de orden gigante sobre pedestales de cantería. que originalmente eran de una sola pieza pero que pasaron a ser tres en solución de un mejor encaje en la complicada tarea del traslado, ejecutado por el maestro Gutiérrez.
Figura 3. Portada. Foto José Morón. Archivo fotográfico RMR
El armonioso conjunto se puede dividir en dos partes, como se describe en el trabajo de investigación de Francisco y Antonio Garrido: “La inferior, levemente más tosca, comprende básicamente la puerta de acceso con arco de medio punto apoyado en dos volutas muy simples acodadas a las jambas. Estas tienen en la parte superior unas figurillas en relieve que parecen representar toreros con las monteras de la época y, más arriba, en el apoyo del entablamento, dos modillones con lazos, pequeñas cartelas y golas”.
La parte superior se compone de una puerta menor, “adintelada, flanqueada por pilastras acanaladas que rematan en dos ménsulas labradas”, y se distinguen entre esas ménsulas y el capitel de las columnas un par de bucráneos en medio relieve, ornamentos arquitectónicos que representan el cráneo de un buey, usados en los relieves clásicos grecorromanos y rescatados por el Renacimiento, que solían esculpirse con guirnaldas vegetales en los cuernos.
Destaca en este cuerpo superior el balcón de forja rondeña que se apoya en la parte inferior por dos varas también de forja “muy adornadas, casi a manera de banderillas de lujo”. Hay tres figuras contorneadas en círculo: dos cabezas de toros a cada lado de la silueta de un caballista que sostiene lo que puede ser una garrocha o una pica.
La portada se remata con la bandera del Batallón de la Real Maestranza, que participó en las batallas de Ocaña y Almonacid durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814) contra la invasión francesa.
Para conocer la historia de la construcción de la Plaza de Toros ver el siguiente vídeo:
Bibliografía
GARRIDO, Francisco y GARRIDO, Antonio. «II Centenario de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda : 1785-1985». Real Maestranza de Caballería de Ronda, 1988.
MIRÓ, Aurora. «Ronda : arquitectura y urbanismo». Caja de Ahorros de Ronda, 1987.