Difícil encontrar en Ronda una calle que no tenga un café o un bar o similar, son el kilómetro cero de cualquier barrio o camino. Desde hace siglos ¿tal vez el primer y último lugar donde refugiarnos?

La infinidad de bares y cafés existentes en Ronda desde finales del siglo XIX y a lo largo del XX se concentraban en el entorno de la plaza de España, junto a la plaza de toros y a lo largo de los distintos tramos de la calle la Bola – Carrera Espinel. En total un buen número de establecimientos a los que acudía la población local y forastera. Lejos están los tiempos del Mesón del Puente ubicado en el mismo puente nuevo, con vistas de vértigo, el bar Mediterráneo o La Cancela.

Antonio Moreno, vecino de Ronda nacido a principios de los cuarenta del siglo pasado, se acuerda del bar Oliva, el Gonzalo, el bar Jerez -hoy sólo restaurante-, la taberna Casa Romero de Málaga, el bar Flores… Por la calle la Bola estaba las Maravillas, el Maestro que apenas hace dos años cerró, el Capitol, el bar Frutos en la esquina con plaza del Socorro y así, subiendo los tramos de la Bola, encontrábamos el bar Ideal, y más arriba antes de llegar al Corralillo, el cine al aire libre, el bar Español y el café de Margarito. La churrería Alba existe desde por lo menos mediados del siglo pasado, cuenta Antonio. También en el bar Palmero, muy cerca del café Ramos, se servían churros. Y en este tercer tramo, frente al café Ramos, estaba el Colón que fue café cantante, de tertulias y conferencias. Llegando al final, en el quinto tramo de la Bola estaban el bar Cintado, el bar Orellana, el Cuatro Caminos, (originalmente el Espartero), el bar Avilés frente a la confitería Patricia y en la otra esquina encontrábamos el bar Linares. Mas allá del confín de la Bola estaban las ventas Ventura, San Antonio, Morales…  así, descubríamos los bares de cada barrio como por ejemplo el Cafellillo, Arcadio, el Sucio (reabierto recientemente por Casa Ortega), todos situados en la Ciudad como el Narvaez, Casa Matías o las Catacumbas.

Ronda tiene en la actualidad aproximadamente unos 250 establecimientos dedicados al negocio de bares, cafeterías y restaurantes, es decir, un establecimiento por cada 120  rondeños, una cifra sensiblemente superior a la media de España, que llega a un establecimiento por cada 175 habitantes, podemos pensar que la tradición de bares, mesones y establecimientos similares viene de lejos si bien el turismo ha potenciado la diversidad de éstos.