logo_rmcr
Historia

HISTORIA

History

En la historia militar y política de Andalucía desempeñaron un papel relevante, además de las órdenes militares, las cofradías, maestranzas y otros cuerpos de caballería, institutos fomentados por la Corona con la intención de que la nobleza local se ejercitara en el uso de la caballería y de las armas, a fin de dar inmediata respuesta a la llamada del Rey.

Aunque “maestranza” es un término que no surge hasta la segunda mitad del XVII en Andalucía (como derivación del vocablo “maestro” con el que se designaba a aquel que enseñaba el arte de la jineta, estilo de montar de procedencia arábigo-andaluza), los orígenes de las reales maestranzas de caballería se extienden desde la fundación de la de Ronda, en 1573, hasta la de Zaragoza, en 1819. En el último tercio del siglo XVII se fundan las de Sevilla, Granada y Valencia. Felipe II no hizo sino estimular una práctica acreditada por el tiempo: antes, incluso, de que la real cédula del 6 de septiembre de 1572 propiciara la hermandad de caballeros, se tiene noticia, por ejemplo, que el cuerpo militar de la nobleza de Ronda intervino en 1569 en la guerra contra los moriscos.

La real cédula de Felipe II, origen de la Maestranza animaba a «que en las ciudades, villas y lugares de estos Reinos, los caballeros y hombres principales y de calidad fundasen e instituyesen entre sí algunas Cofradías, Compañías u Orden, bajo la advocación de algún Santo, con tales Ordenanzas, condiciones y capítulos que para ellos, entre otras cosas, se ordenasen fiestas en algunos días señalados de Justas, Torneos y Juegos de Cañas y otros ejercicios militares». En este documento el Rey recomendaba vivamente a los caballeros ejercitarse para la guerra mediante la realización de torneos, juegos de cañas, alcancías, anillas y, como no, alanceando toros bravos -parte del adiestramiento ecuestre tanto como un espectáculo popular-. La cédula fue leída en Ronda en el cabildo del martes 22 de septiembre de 1572. El corregidor y demás caballeros presentes, en nombre de la ciudad, siguieron el ritual acostumbrado, se destocaron, tomaron el escrito del monarca en las manos, lo besaron y pusieron sobre sus cabezas en señal de acatamiento. Al tiempo que se acordaba avisar a todos los caballeros que no estuviesen presentes, se determinó, como primer paso, limpiar la carrera pública de la plaza del Pozo, comprar una lanza jineta y unos cascabeles para que los días de fiesta corriesen todos los caballos que se quisieran presentar.

Historia Hoja 1
Historia Hoja 2

En 1573 se constituyó el germen de la futura Maestranza, como Cofradía del Santo Espíritu, poniendo por ordenanza hacer fiesta de caballos «el día segundo de Pascuas del Espíritu Santo, el de San Juan y el de San Pedro, las Carnestolendas y Pascua de Resurrección, y que todos los jueves los caballeros mozos montasen en la plaza del Pozo, teniendo por patrona a Nuestra Señora de Gracia».
Unos años después, en 1575, la Maestranza de Ronda recibe unas instrucciones de Felipe II para que los caballeros se esmerasen en la cría de «buenos caballos para la guarda y defensa del Reyno», para lo que se adoptaron ordenanzas sobre la cría y conservación de la raza del caballo en Ronda, labor a la que se dedicaron desde las primeras fechas. Durante este tiempo la Maestranza fue «una institución educativa, una verdadera escuela de instrucción militar, cuyo catecismo se cifraba en el arte gallardo de la jineta y de la esgrima de la lanza, ostentada en públicas fiestas de días señalados, cuyos ejercicios y cuya designación venían a constituir sus primeras y únicas ordenanzas» (Juan Pérez de Guzmán, La Casa del Rey Moro, Madrid 1920).

1706-1750

El nacimiento en algunas ciudades de cuerpos nobiliarios a partir del último tercio del siglo XVII y la aceptación del término maestranza para designarlos, propiciarán el cambio de denominación de la antigua Cofradía del Santo Espíritu. Sus medios y sus fines permanecen inalterables, pero se acomete la reestructuración de su organización interna para adecuarla a la época. El 17 de octubre de 1706 se celebra una histórica reunión en el recinto de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia por la que la Maestranza se independiza del Ayuntamiento de la ciudad y se admiten nuevos  maestrantes.

La participación en la Guerra de Sucesión (1701-1730), culmina con las prerrogativas de Felipe V en 1730 a las maestranzas, ratificadas por Fernando VI. A partir de entonces recibiría la denominación de Real Maestranza de Caballería de Ronda, con la se la conoce actualmente. A lo largo del siglo XVIII los Reyes distinguieron a estas instituciones con una serie de privilegios. Felipe V mandó que un miembro de la familia real fuese siempre el hermano mayor, y más adelante lo fue siempre el propio Rey.

1750-1850

Se considera este período el de máxima brillantez de la corporación. La Maestranza incrementa sus miembros, se establece la yeguada para la cría caballar (iniciativa que acabaría con la Guerra de la Independencia), se acomete la redacción de las ordenanzas y se crea una Academia de Ciencias Menores para los hijos de sus miembros. Es el momento de la construcción de la plaza de toros y el auge de la tauromaquia. Se traslada el escenario de justas y torneos de la carrera del Pozo a la plaza de Santa María la Mayor.

El avance de la Europa de las naciones llevaba consigo la formación de ejércitos de financiados y dirigidos por el Estado, no obstante el cuerpo militar de la Real Maestranza de Ronda no abandonó por completo su preparación para la guerra, como demostró uniéndose a otras fuerzas

para hacer frente a la invasión de Napoleón Bonaparte tras la abdicación de Carlos IV. El advenimiento al trono de su hijo Fernando VII se había solemnizado con grandes funciones por la Maestranza. Las cuatro maestranzas fueron reclamadas para exhibir sus habilidades con motivo del previsto encuentro del Rey con Napoleón I. El levantamiento popular contras las tropas francesas del 2 de mayo impediría la demostración, y daría lugar al Batallón de la Maestranza, que participó en la batalla de Almonacid.

Concluido su compromiso histórico con el ejército, la Maestranza rondeña continuó manteniendo su escuela de equitación y orientó sus actividades hacia la cultura y la beneficencia.